La relación hombre vs. trabajo está cambiando poco a poco. Los antiguos modelos laborales centrados en el trabajo por cuenta ajena (empresario), localizados todos en un mismo espacio físico (la empresa), con unos horarios homogéneos (normalmente, de lunes a viernes), trabajando por horas (horarios laborales anuales) y con una separación clara e independiente de la vida profesional respecto a la personal, van dando paso a otros formatos. Nuevas pautas en las que se incorpora a la persona como eje central, y contemplan el trabajo por objetivos, de manera más autónoma (ya sea con presencia física o en remoto). Cada vez somos más los autónomos, emprendedores y profesionales liberales que trabajamos a nuestro ritmo, diseñando nuestro horario en función de distintos aspectos profesionales (proyectos, fechas de entrega, reuniones, etc.) y personales (horarios de mejor rendimiento, familia, actividades, necesidades, etc.). Algunas empresas van dándose cuenta también de las ventajas de trabajar por objetivos y empiezan a deslocalizar el trabajo del sitio físico u “oficina”.

Hace muchos años que soy autónoma, pero hace relativamente poco que me liberé de los modelos tradicionales más conservadores y empecé a vivir y a trabajar de otra manera. Cada vez somos más, hecho que está haciendo que aparezcan servicios para este nuevo modelo de trabajador emergente: el profesional liberal. Entre las tendencias encontramos un boom de los coworking, espacios compartidos que nacen primero y mayoritariamente en las ciudades, pero que en la actualidad ya los encontramos en cualquier parte del mundo, con un creciente interés por las zonas rurales. Yo misma tengo mi “campamento base” en uno de estos espacios colaborativos: Kubik Barcelona (considerado el más antiguo de Europa). Aquí comparto espacio, ideas y momentos con otros coworkers. Combinándolo con unos días al mes trabajando en un entorno natural dónde aprovecho para desarrollar la parte más creativa de mi trabajo. Otros profesionales, en cambio, son puramente nómadas digitales, y viajan con su ordenador en la mochila. Viajeros de mentes abiertas que fusionan su estilo de vida con su manera de trabajar y desarrollarse profesionalmente.

La semana pasada, tuve la oportunidad de impartir un taller de “Visual thinking para la vida” en el marco de una semana de inspiración organizada por Coworkation en un bonito espacio en medio de la naturaleza. Fue muy interesante encontrarme con tantos diseñadores de sus propias vidas disfrutando de inspiración y naturaleza, incorporando de forma natural su trabajo.

Una experiencia que demuestra que ha llegado el momento de abrir la mente a nuevos paradigmas laborales. Aquellos que nos permitan unificar nuestra vida laboral con la vital de manera natural.

FacebookTwitterLinkedInEmail